martes, diciembre 26, 2006

Sentada en la vereda de casa

Escucho todos los ruidos de mi boca al tragar saliva, fumo, escupo. Me duele.

Tengo un nudo en el estómago y mi útero se está vaciando.

Duele cada segundo que pasa.

Un perro duerme a mi lado. Llegó y se durmió, casi como si supiera de mi soledad en ésta madrugada.

No hace frío pero lo siento.

La ciudad habla conmigo con voces de motores y de animales, me dice que todo está bien, que no soy más que un número.



 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Clarita, yo en esos días soy ibu-dependiente (Ibupirac 600 mg.)y ando bárbaro.
Sabés qué? me gustó este relato, no por el estilo, ya que por estos días, seguís escribiendo como pensás, sin trabajar nada, está bien... dejá que pase el quilombo... ya te vas a poner.
Lo que me gustó es que pude ver un poco más adentro tuyo. Te sacaste por un ratito la máscara (esa que la mayoría de nosotros usamos para andar por la vida sin dar lástima)y puedo casi mirarte tal cual sos pero sobre todo... vislumbrar todo lo que podés llegar a ser.

Anónimo dijo...

The aρρlicatiοn of thіs сreаm comеѕ ωith
no siԁe effeсts whatѕoеνer.


Herе is my web ѕite website