sábado, diciembre 30, 2006

Festejos, festejos, festejos y más festejos

Supuestamente para Junín ésta es una semana para festejar, y mucho.
Primero Navidad, después la semana de Junín y después Año Nuevo.
En el medio es el cumple de Nato: es decir, hoy.
Navidad un fiasco. La primera noche de Junín tocó Menphis y después la gitana, no da nada. Hoy el cumple de Nato y ya estoy en casa. Sola. Por qué? porque todo el mundo se fue a una fucking fiesta en la que toca ferné glamour (no, no me confundí, es así), también por el cumple de nuestra hermosa ciudad.

No me quiero ir a dormir, es muy temprano y todavía tengo demasiada energía.
“Me hace falta un polvo, un buen rock´n´roll”
Pero acá no tengo, y por la calles de Junín no encontré. Nadie responde mis llamados...
De pronto, hoy, con todas las puertas abiertas, me siento muy sola.
El cigarrillo, todavía apagado, cuelga en mi boca seca.
El calor irrita cada uno de mis poros y siento que el sudor está a punto de caer en gotas por mi frente.
Mi chiche nuevo, mis lentes, irritan en exceso los puntos que tocan, y todavía no me acostumbro al reflejo.
Sentada en mi silla de madera, con mi pollerita, mis sandalias y la parte de arriba de la malla, espero que alguien responda a mis plegarias.

Hoy fui al ginecólogo por primera vez (un poco tarde, lo sé) Me dijo un montón de cosas que sabía y un montón que no. Me recetó unas anticonceptivas y me lastimó en lo más profundo de mi ego con un “adiós, petiza”. Eso era algo que yo ya sabía y que no necesitaba recalcar.
Me han dicho: niki (ni quince centímetros), yani (ya ni te veo), chichón de suelo, inspector de zócalos, tarzán de maceta, aquaman de inhodoro, y tantas otras cosas más que se le dicen a los enanos. Pero nunca, NUNCA, adiós petiza.
Me dolió.

Pedro en la otra habitación ve discovery. Hay edades para ver ese canal. Tenés que ser o muy chico o ya muy grande. No sé por qué.
En la adolescencia no tenés nada de ganas de que te instruyan. Ya está, ya fue. Ya suficiente con estudiar.

Odio las sillas frente a la computadora: nunca son lo suficientemente cómodas.
Odio al ayudante de word. Tengo al ganchito. Es de lo más arrogante. y patético, cómo si le fuera a dar bola!
Odio que el humo del cancrillo se meta por la nariz. O en el ojo.
Odio las flores y los desodorantes de mujer, son de lo más aburridos. Odio las cremas y los maquillajes, todavía no lo entiendo.
Amo la velocidad, unas buenas curvas en una mujer, y una remera suelta a la mañana. La espalda ancha de un hombre y la cadera angosta.
Me matan cuando se agrandan, pero los odio cuando son agrandados.
Me gusta ver un picadito entre amigos y los partidos de mundial.
Me gusta que se den vuelta para mirarme, pero me molesta cuando fijan su mirada en mi.
Me divierte ser tan una fem adolescente.

Me resulta increíble que, si de 50 ó100 cigarrillos que fumo sólo 1 es realmente bueno, irremediablemente me fumo los 100.
Mi cabeza viaja a mucha más velocidad que mi moto. Y me pregunto: estaré haciendo todo bien?
Por qué no me puedo bancar irme a dormir temprano?
Por qué quiero más de lo que tengo, si lo que tengo es todo lo que siempre busqué?
Por qué no puedo dejar comentarios a Lola? Ya se hartó? Por qué ésta mina me obsesiona tanto?
Por qué no escribo cómo me gusta leer?
Por qué Germán le rompe tanto las pelotas a Nato? Por qué lo hombres se obsesionan y se ponen machistas?
Por qué tengo tantas preguntas que no sé formular?

BASTA! Me harté a mi misma, me voy a dormir.

No hay comentarios.: