miércoles, enero 03, 2007

Reality Bites

Acabo de terminar de ver una fucking película. Una de esas películas que te encantan, que te matan, que no querés volver a ver para no volver a llorar de ésta manera.
No, no era más que un producto de Yanquilandia, pero me encantan.
No pueden pasar tantas tragedias en la vida de una persona.
No se puede morir tu hijo, tu amigo, tu mujer, y tu nueva hija. No existe, es mucha desgracia, pero bueno, es una película.

Cuando el cuerpo te pide una lágrima, no podés contenerla. Si la contenés te quedás con una sensación de impotencia, de dolor... Hasta te empieza a doler la cabeza.
Si tenés que llorar a gritos, no te frenes por nada, es lo mejor que te puede pasar.
Si querés llorar, llorá.

Cuando vi reality bites me pareció que no podía haber una película que retratara mejor la transición de la adolescencia a la adultez. Todavía lo pienso.
Todavía no pasé por eso.

Cuando me siento frente a la computadora y pienso en las cosas que quiero escribir mi mente se pone en blanco, pienso en todas las cosas que quiero decir y no me salen. Pienso que soy una estúpida por no poder hacer esto que me gusta tanto. Porque no siempre tengo cosas que decir. Porque las cosas que me gusta decir no siempre me salen. Porque antes me salían.

Lauti es músico. Muchas veces no lo entiendo. Otras me siento muy identificada con él. En lo que se siente subirse a un escenario, en lo que se siente un aplauso, en el miedo que te da subir, en la gratitud hacia aquellos que te ven.
En la emoción de hacer lo que querés hacer.

Lauti se pasó todo el 31 con Lucía. Me dio mucha bronca. Me re embronqué con la mina. Cuando nos volvíamos con Pau le dije: no puede ser que la mina esté tan sola que se le prenda a Lau. No tiene derecho a arruinarle la noche así. Si ella está sola que se la banque por algo es.

Me duele el labio. Me salió una ampolla, se infectó. Me salió otra al lado. Me están matando. 

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