Los arlequines también mueren...

10 minutos después de postear me tocó timbre.
Dio vueltas 3 horas sobre el significado de la palabra raro hasta que le dije: si, es raro, pero lo que querés decir que son muchos años de conocernos y que no funciona. Ya está Jaco, ya fue, seamos amigos.
Concluí con un “somos” dame un abrazo y andá.

Unas horas después me subí al auto con todas mis pertenencias (bueno, casi todas) y me mudé a Baires.
Con Noli y Pau por ahora todo en orden. Nos llevamos muy bien, y os ponemos de acuerdo fácil.
El Lunes empecé el CBC. Ese día se me trabó y fui toda de negro, hasta la bombacha. Eso sólo da un resultado, quedé sentada en la mesa de los antisociales, mal. Los típicos que no te hablan y que en cada silencio de más de 2 minutos se ponen a dibujar.
Ayer fui un poco mejor predispuesta. Me senté en una de las mesas del medio al lado de una típica loca, pero inmediatamente llegaron dos porteñas y al rato un trío de rubias. Una era porteña, una correntina y una no me acuerdo de donde, se habían conocido el día anterior pero no paraban de hablar ni un segundo. Me contaron toda su vida me preguntaron todo de la mía y se hicieron las re amigas. Ella no me caían tan mal pero no son mi estilo.
Al rato llegaron otras dos desplazadas. Nos cambiaron de curso, a mi pesar porque me caía muy bien ese profesor, y al rato llegó una piba con una remera de greenpeace, ah! No, era de los redondos. Se sentó en nuestra mesa. Se llama Jordana y estuvo dos horas en la cátedra equivocada. Me cayó muy bien. Ya tengo los números de todas ellas. Jordana, Victoria, Daiana y María.

Extraño a mis chicas y a mis papis y a mis hermanos…