miércoles, diciembre 30, 2015

Anticipo del cambio en mi sociedad del estado

Durante 10 días los nuevos CEOS estuvieron encerrados y los buitres que desconocíamos estuvieron esperando.
El viernes 18 los CEOS anunciaron que iban a salir. Todavía no quedaba claro qué significaba.
Lo que yo sabía era que hacía más de 10 días que no tenía funciones y las cosas que podía hacer para boludear y entretenerme se iban terminando.
Me siento de espaldas a un pasillo por lo tanto todo lo que pongo en pantalla está a disposición de cualquiera que pase. Realmente prefiero tener trabajo para hacer. Es la mejor forma de entrenerse. Estos días fueron como los primeros. Sin saber qué hacer, sin tener nada para entrenerme, el tiempo pasa más lento.
Ese viernes se anunció la salida de los CEOS a las 5 y media de la tarde, en la oficina y no quedaba nadie.
El lunes empezaron a circular los rumores. Cambian los gerentes, lo cual era esperable, y las gerencias.

En la vieja gestión nosotros dependíamos de un Gerente que entendía que la productividad no tiene que ver con la puntualidad y que es más importante que las normas sean claras a que la gente esté cumpliendo horario porque sí.
Ayer fue el brindis de fin de año, el nuevo presidente abrió diciendo que era su primera experiencia en la gestión pública y que con lo primero que se encontró fue con las diferencias. Una de las diferencias es esta concepción que se permitía nuestro viejo gerente.

Nuestra gerencia hermana tenía un gerente que no propiciaba para nada un ambiente de trabajo amable, por más que de la boca para afuera fuera su intensión. Relaciones de trabajo tensas intensificadas por la falta de tacto del subgerente que se comporta como un niño vengativo y caprichoso. Un oportunista.
Reclaman una jornada laboral de 8 horas más la hora del almuerzo, ponen a los ingenieros por encima de los arquitectos, chicanean, ningunean, hacen pagar derecho de piso.

En la nueva organización de las gerencias nosotros quedamos bajo las órdenes de esa gente. 

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