Cuando hace frío, cuando duermo poco.
Cuando la entrega ya terminó y presenté lo que hasta 2 segundos antes de entrar al aula me parecía genal y en el momento en el que entro me parece una guarrada.
Cuando de pronto me doy cuenta de que me hace falta un abrazo, un buen hombro donde apoyarme a dormir y me doy cuenta de que fumar es cosa de grandes.
Cuando Me procupa no tener plata para pagar las cuentas o las cosas que necesito para ésta carrera tan cara; cuando me falta inspiración y pongo al mal tiempo buena cara y enseño matemáticas (por decir que enseño) para ganarme un mango para los puchos.
En esas ocaciones, y algunas más, me siento tan chiquita